¿Tienes en mente esos momentos en los que necesitas tomar aire casi con fuerza? ¿esos momentos en los que llenas tu cuerpo profundamente de respiración y, como si fuese un suspiro, la sueltas? Esa sensación de llenarte de energía y…. soltar, liberar, aflojar, al exhalar… ¿La tienes en mente? Si no…te invito a experimentarlo ahora. ¿Qué sientes?
Prana, en sánscrito, se traduce por “energía de vida”, “energía vital”. Una de las principales fuentes de esta energía es el aire, pero también la encontramos en los alimentos, el agua; es lo que nos constituye y nos da vida, a personas y cualquier ser vivo, lo que nos nutre.
Éste prana entra en nuestro organismo para darnos vitalidad, energía y permitirnos realizar todas las funciones que necesitamos a nivel físico, mental, intelectual, emocional. Pero hay veces que el prana es insuficiente y nos provoca estados de malestar, fatiga, debilidad, estrés, cansancio, ansiedad, enfermedad… Quizá porque no nos estemos alimentando correctamente, estemos faltos de algún nutriente, no estemos bebiendo la suficiente agua o, una de las razones más comunes, nuestra respiración no sea la correcta. ¿Te sorprende?
Piensa un momento en cómo respira tu cuerpo cuando está tranquilo, relajado. Quizá en este momento. La respiración natural y sana debería ser tranquila, profunda, larga, donde el aire entre fácilmente en el cuerpo y se exhale sin esfuerzo. Ahora piensa cómo es tu respiración si vas con prisa, si estás en un momento de estrés, si tienes miedo. ¿Cómo es? Si eres capaz de visualizar alguna de estas situaciones, si las has experimentado, es posible que recuerdes que la respiración se vuelve corta, rápida, incluso que el aire tiene un poco de dificultad para entrar y se produce en una parte alta del pecho. Respirar así, en momentos puntuales y poco sostenidos en el tiempo, no es algo problemático. Sin embargo, muchas veces los ritmos del día a día, las presiones, preocupaciones, comienzan a sobrepasarnos y esta respiración empieza a ser una constante.
El yoga, nos habla de la importancia de la respiración profunda y eficaz, de tener un control sobre la misma y emplearla como elemento de salud, no sólo física, sino también mental. Una buena respiración nos ayudará no sólo en nuestro día a día, a tener un buen gasto energético y un organismo regulado, sino a poder emplear esa respiración de manera consciente en los momentos en los que necesitamos gestionar las situaciones de la vida.
Las técnicas de pranayama, tan importantes dentro de la práctica de yoga, son técnicas para el control del flujo del prana, para el control de la energía vital. Estas técnicas pueden ser para buscar la activación de nuestro sistema y despertarnos, para relajarnos y calmar el organismo, para calentarlo o para generar frescor, pero, sobre todo, nos ayudan a conectar con el presente. Estas técnicas no son simples inhalaciones y exhalaciones, son un trabajo completo sobre la mente, el cuerpo, la atención, las emociones, la energía más sutil…
Pranayama es el cuarto de los ocho pasos del camino del yoga que nos propone Patañjali en los Yoga Sutra, y es utilizado en yoga para ayudarnos a conectar con esa “energía de la vida” y sus posibilidades. Gracias a ello, el yoga nos brinda una herramienta fundamental para lograr la calma y la paz física y mental, permitiendo que cuerpo, mente y alma, avancen y caminen en la misma dirección. Así, el equilibrio y el control del Prana es sinónimo de salud, bienestar y estabilidad.
Te invitamos a que, aunque sea un rato breve, prestes atención a tu respiración. Siéntela, escúchala, observa cómo está y si, en ese momento de atención presente, algo cambia.